Puebla lo tiene todo, menos buen gobierno

05.03.2025

Para muchos, Puebla sigue siendo un estado pequeño, católico y conservador en un sentido amplio, sobre todo por la cantidad de iglesias que se encuentran en cada esquina de la capital. Ahora, no solo católicas. Se cree, o nos han hecho creer, que Puebla no tiene mucha relevancia nacional, que apenas alberga pequeños eventos internacionales, que es burda, aburrida, sin mayor trascendencia.

La realidad es que Puebla es uno de los estados más importantes del país. Cuenta con una ciudad declarada Patrimonio Mundial y es el segundo estado en importancia en la industria automotriz, asi como metalmecánica, química, plásticos, textil y confección, muebles, agroindustria, alimentos frescos y procesados. Ni se diga del turismo; a los poblanos nos encanta decir que solo nos falta una playa para tenerlo todo. Con todo esto, ¿Por qué seguimos igual? ¿Por qué el estado va en picada?

Fuente: Poblanerias.com
Fuente: Poblanerias.com


En las últimas semanas hemos visto huelgas estudiantiles, de médicos, de familiares de desaparecidos y de trabajadores. Tal vez la más relevante fue la de la policía capitalina, que exigía garantías laborales tras el asesinato de dos de sus compañeros y la destitución del titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) Fernando Rosales. Pareciera que al gobierno de la capital le interesa más gastar en rotular las patrullas de los colores partidistas, que ocupar esos recursos para mejorar salarios, capacitar a sus elementos o aun mas primordial darles mejores herramientas de trabajo. Todos estos sucesos reflejan por qué la capital está hecha un desastre en materia de seguridad.

Rosales anunció su renuncia como titular de la SSC. ¿Por qué? Porque consiguió un puesto a nivel federal junto a Harfuch. Aquí está el verdadero dilema de cualquier crisis en la que se señale a un funcionario: en lugar de hacer un análisis certero de las deficiencias del servidor público y de la dependencia que encabeza, los implicados simplemente saltan de puesto en puesto, dejando cargos exactamente igual de deficientes que las instituciones.

Todo esto tomando en cuenta que desde el gobierno estatal se sugirió que el nuevo titular de la SSC fuera un marino, aún cuando numerosos estudios han demostrado que este tipo de cambios no generan mejoras significativas en la seguridad, y que la percepión de la ciudadanía respecto al problema tampoco mejora. Y ni hablar de derechos humanos. ¿Ese es el nivel de solución? ¿Ante cualquier problema público, la respuesta es el Ejército? ¿La respuesta es reciclar funcionarios cuestionados en diferentes cargos? Así dejaron a los poblanos a la deriva; ahora el problema (Rosales) es un problema federal.

Mientras todo esto sucedía, el presidente municipal, José Chedraui, presumía su parentesco con los Slim y, al mismo tiempo, cobraba a los habitantes de la zona centro por estacionar sus automóviles fuera de sus domicilios sin ninguna garantía de seguridad. Además, proyecta un Autotren caro, inviable y previamente cancelado por el gobierno vecino de Tlaxcala. Y pensar que hizo campaña atacando a los Moreno Valle por sus obras innecesarias, entre ellas el Tren Turístico Puebla-Cholula. Bastante similiar a su nueva propuesta Incongruente, ¿no?

Puebla debe exigir ya un nivel de gobierno a la altura de la ciudad y del estado que tenemos. No podemos seguir votando por empresarios que juegan a ser políticos de ocasión

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